jueves, 22 de noviembre de 2007



Una chica “superchévere”

Con un aire de sensualidad y picardía, y una alegría desbordante, Daniela Kosán, la chica E!, habló sobre su vida y las vueltas que le ha dado.

Cortesia de Karen Funes

www.elsalvador.com/mujeres/2005/07/entrevista

“¿Trajiste mucho casete?”, preguntó Daniela, cuando le pedí que me contara sobre su vida, su niñez y sobre cómo llegó a la televisión.

Esta versátil conductora de televisión nació en Caracas, Venezuela, el 24 de febrero del 74; vivió y estudió en Maracay y estudió en el colegio de monjas Cristo Rey.

Se graduó en 1990 y estudió cinco años de medicina en la universidad de Carabobo hasta que hubo un paro académico y su vida comenzó a cambiar.

Cuando iba a comenzar el quinto año, Daniela conoció a un “cazatalentos”, hoy un amigo muy querido, que la invitó a entrar a una escuela de modelaje, “pero a mí no me gustaba nada de eso”, dice. Finalmente se inscribió y el día de bienvenida al curso se hallaba el señor Osmel Sousa, “el zar” de la belleza venezolana, y le preguntó si quería participar en Miss Venezuela.

“Le respondí que no, porque estaba estudiando. Siempre fui muy estudiosa, estuve en los cuadros de honor de la escuela, no quería perder clases. Pero entonces, en 1995, falleció mi padre y mi mundo cambió”, cuenta con un dejo de nostalgia.

Debido a sus conocimientos de medicina conocía la evolución de un tumor cerebral. “Hasta el nombre es horrible: glioblastoma multiforme”, comenta. Durante un año acompañó a su padre en esa etapa terrible de su enfermedad. “Bajé las notas, me sentía mal, terminé con mi novio, ¡mi vida era un desastre!”.

Cambio radical

En aquel momento crucial se volvió a acercar su amigo y dado que había pasado por una mala racha estaba muy delgada. “Dani —me dijo—, estás bellísima, perfecta para Miss Venezuela”, cuenta entre risas Daniela. “Me pareció un paréntesis perfecto, me mudaba a Caracas y tomaba un año libre. Así lo hice!”.

Daniela considera su participación en Miss Venezuela como algo increíble. “Me despejó muchísimo, conocí cantidad de gente nueva; fue maravilloso. En septiembre del 97 obtuve el tercer lugar acreditándome como Miss Venezuela Internacional y calificada como ‘mejor cuerpo’ ”.

El concurso Nuestra Belleza Internacional no se realizó otra vez, así es que soy una reina vitalicia

El evento Miss Internacional en Japón se realizaría hasta el próximo año, por lo que Daniela se tomó un año más fuera de las aulas, pero no estuvo ociosa: trabajó como modelo, participó en campañas publicitarias, etc. “Entonces todavía tenía la meta de graduarme como médico”, dice riendo.

En noviembre del mismo año viaja a Miami para participar en Nuestra Belleza Internacional, auspiciado por Univisión, y ganó. “Nunca una venezolana lo había ganado, pero lo más sorprendente es que con mi número de reina 57, Venezuela entró en el Guiness Records como el país con más reinas de belleza en el mundo. Fue una fiesta nacional en mi país, para mí un toque de suerte. ¡Ni siquiera sabía que se estaba contabilizando!”.

Entrada en los medios

De repente, Daniela se adentró en Venevisión, empezó a hacer castings en el canal y la invitaban a programas como “Despierta América”, el Show de Don Francisco, a presentar premios “Lo Nuestro a la música latina”. “¡Imagínate, de repente me veo sentada con Alejandro Sanz a un lado y Alejandro Fernández al otro, cerca de Thalía y de Juan Gabriel!”.

Ese roce con artistas y medios de comunicacion le empezó a encantar muchísimo, así fue como inició algunos cursos de locución y de dicción y un día la llamaron de Venevisión para ser la chica del tiempo dentro del noticiero. Recibió entrenamiento en el Weather Channel en Atlanta y poco a poco aprendió todos los secretos.

En 1998 viajó a Japón y resultó ser primera finalista y Miss Fotogénica. Junto a Miss Panamá y Miss India recorrieron Japón durante tres semanas y cuando regresó a casa vivió un cálido recibimiento. “¡Ah, yo quería seguir concursando! Así fue como le dije adiós a la medicina”. Sus papás, un administrador de empresas y una antropóloga, le inculcaron el estudio. Tomó las cosas en serio y optó por la carrera de comunicación social.

Su vida hoy

La vida de Daniela se desenvuelve en avión. “Prácticamente estoy botando los reales por mi casa... las matas se me están muriendo!”, dice entre carcajadas.

Daniela ama su libertad (asegura que por ser piscis). De niña vivió tres años en Illinois, pues sus papás realizaban un postgrado, y fue cuando cumplió los 19 cuando su mamá le regaló un viaje a Nueva York y recuerda que pensó: “Ahora sí puedo morir en paz”. Quién iba a pensar que recorrería toda América y conocería Londres, París, Japón... El Salvador.

Aunque vive en Caracas y graba sus programas allí, la parte administrativa está en Miami, donde radica su madre desde hace siete años. Su relación con ella es muy estrecha. “Es mi fan número uno, pero también mi mayor crítica”.

“Mis papás se divorciaron cuando yo tenía ocho años. Ella tuvo una relación posterior de diez años que terminó muy tormentosa y decidió no volver a casarse. Estuvo tres años sola, pero encontré al hombre ideal para ella, los presenté y hoy son muy felices. ¡Soy una excelente cupido”.


¿Qué es lo que más te gusta del espectáculo?
¡Me gusta todo! Me gusta al frente y detrás de cámaras, ver a los artistas en el escenario y después conocer esa parte humana que uno no percibe.

¿Qué otro tipo de géneros deseas experimentar?
Después del noticiero del tiempo incursioné en un programa de concursos, luego en E! y en “Contra Reloj”, de canal 3, un programa en vivo.

También escribí un programa, se llamaba “Zona Creativa” y trataba sobre publicidad. Era bien retro, pero incluía entrevistas con los directores de comerciales famosos y sus protagonistas. Fui la productora ejecutiva y eso me dio credibilidad.

¿Cuál es tu artista favorito?
Todos, pero Bono es singular. Me gusta su filantropía, su sex appeal. Pero siempre diré que Juanes es un un ser humano espectacular.

¿Quiénes han influido en tu vida?
Mis padres en principio. Me insistieron en ser la mejor, en estudiar y trabajar. Sin embargo, en el camino se me ha cruzado tanta gente que me ha apoyado, que me han dado oportunidades, que vieron algo en mí y creyeron.

Tu mayor defecto
No sé si llamarlo así, pero soy “workhololic”; me encanta, me apasiona, amo la TV. Siempre quiero estar relacionada con ella.

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